Un hombre de Michigan sobrevivió a una experiencia desgarradora gracias a su fiel Golden Retriever, Kelsey. A las 10:30 p.m. de Nochevieja, Bob salió afuera para recoger otro tronco para su chimenea cuando resbaló y se rompió el cuello.
Incapaz de moverse, pidió ayuda, pero el vecino más cercano de Bob vivía a un cuarto de milla de distancia y nadie podía escucharlo excepto su perro.
Kelsey corrió hacia Bob mientras yacía paralizado en la nieve y las temperaturas bajaban por debajo del punto de congelación. La leal perra se recostó sobre él y lamió su rostro y manos para tratar de mantenerlo caliente.
“Seguía ladrando pidiendo ayuda pero nunca se apartó de mi lado,” dijo Bob. “Ella me mantuvo cálido y alerta. Sabía que tenía que perseverar en esto y que era mi elección seguir vivo.”
Durante 20 horas, Bob y Kelsey yacieron afuera en el frío glacial. Los ladridos de Kelsey llamaron la atención de un vecino, quien encontró a la pareja la siguiente noche. Bob fue llevado de urgencia al hospital y diagnosticado con hipotermia, pero milagrosamente no tenía ninguna congelación, sin duda gracias a las acciones de Kelsey.
Bob tenía discos herniados en el cuello y la espalda que le causaban parálisis en las piernas, pero ha sido sometido a una cirugía exitosa y está “en camino hacia la recuperación”.
Tanto los médicos como Bob reconocen a Kelsey como la verdadera heroína del calvario de 20 horas de Bob, diciendo que ella fue “vital” para mantenerlo con vida.